viernes, 22 de agosto de 2008


Yo llevo la luna
detrás de mis párpados oscuros.
La sangre morena
resuena en la madrugada,
y tengo miedo...

Y un grito verde y eterno
se me sube a la garganta.
Pero no suplico,
no ruego,
no tiemblo.
En mi tierra de gitanos

El olor a hipocresía
me da asco.
Soledad, soledad respóndeme
¿por qué lo hacen?

¿por qué no aceptan algo distinto?
Altos caballeros con fusiles verdes
anuncian a la luna
mi injusto destino.

Ya en soledad estoy,
en la ciudad de los gitanos,
los ángeles me han llevado,
y por fin solo descanso,
con la luz de la luna
sobre mi regazo.