viernes, 22 de agosto de 2008


Yo llevo la luna
detrás de mis párpados oscuros.
La sangre morena
resuena en la madrugada,
y tengo miedo...

Y un grito verde y eterno
se me sube a la garganta.
Pero no suplico,
no ruego,
no tiemblo.
En mi tierra de gitanos

El olor a hipocresía
me da asco.
Soledad, soledad respóndeme
¿por qué lo hacen?

¿por qué no aceptan algo distinto?
Altos caballeros con fusiles verdes
anuncian a la luna
mi injusto destino.

Ya en soledad estoy,
en la ciudad de los gitanos,
los ángeles me han llevado,
y por fin solo descanso,
con la luz de la luna
sobre mi regazo.

''NO QUIERO VERLA''

Dile a la luna que no venga,
¡que no quiero verla!
ella quería que le contase
el secreto de la primavera
He cerrado mi balcón quiero llorar mi pena...
Dile que se vaya
¡que no quiero verla!
Por su amor me duele el aire,
el corazón y el sombrero
¿qué será del corazón
si el amor no tiene flechas?
El dolor de mi tristeza
va mojando los recuerdos
dile que se vaya y que no vuelva.

Luz Gómez Da Silva y Maria Ciliberti
4to 3ra

OTRO FINAL PARA LA NOVELA DE GEORGE ORWELL REBELIÓN EN LA GRANJA


Otro día había comenzado en la granja animal, o, mejor dicho, “la Granja Mayor”. Napoleón seguía dominando a la granja; con sus soldados y discípulos tenía todo bajo control, o por lo menos, eso creía. Lo que Napoleón no imaginaba era que algunos animales seguían encontrándose clandestinamente en el establo del viejo Mayor. Habían empezado a darse cuenta de que algo andaba mal, que ya no todos participaban de la misma manera desde que Snowball se marchó misteriosamente. Si no fuera así ¿por qué deberían encontrarse clandestinamente? Sentían una presión que ni Jones sabía provocar en ellos, una presión que sólo Napoleón podía lograr.
Entonces decidieron actuar: no podían dejar que Napoleón se convirtiera en Jones; la rebelión debía volver; la rebelión debía empezar.
En cantidad eran más, así que tenían algo a favor. Decidieron no planear demasiado las cosas, ya que todo lo planeado en la anterior rebelión había salido mal. Decidieron sólo atacar.
Debo decir que la batalla fue larga y no muy agradable de contar, pero sí puedo decir que esta vez la Granja Animal, realmente era animal, y que por fin la rebelión había comenzado.

Jessica Barvich
3º4ª